La enfermedad de Peyronie se trata de una enfermedad con una prevalencia variable que depende de la literatura consultada mostrando rangos entre el 0.4 al 9 % por lo general entre hombres de raza blanca, con escasos reportes en hombres negros y no existen reportes en orientales, se trata deuna curvatura anormal cuando el pene está en erección que aparece en el transcurso de pocos meses y debe diferenciarse de otras curvaturas que pueden estar presentes incluso desde la niñez. Un pene normal puede presentar una ligera inflexión al estar erecto para amoldarse a la vagina y facilitar el coito, aunque frecuentemente se encuentran curvaturas del pene con diferentes direcciones y grados de curvatura. En algunos casos estas curvaturas son más pronunciadas generando un problema que dificulta o imposibilita mantener relaciones sexuales completas y además, produce dolor, ansiedad, dificultad para la fecundación y genera incomodidad por cuestiones estéticas. La enfermedad de Peyronie y la curvatura peneana puede tener solución. ¿Cuál es el mejor tratamiento? Éstas son las opciones, ¡prepárate para conocerlos!
Curvatura peneana o enfermedad de Peyronie
Fue François Gigot de La Peyronie, médico francés y cirujano del Rey Luis XV, el primero en describir esta enfermedad (1743) como “la aparición en el pene de un lecho arrosariado de tejido fibroso que origina una incurvación apical durante la erección”.
Como bien lo explicó La Peyronie, la enfermedad de Peyronie aparece cuando una placa de tejido duro -cicatricial- se forma en la túnica albugínea. Esto provoca que el pene
“no actúe como un cuerpo elongable y elástico cuando se llenan de flujo sanguíneo los cuerpos cavernosos durante la erección y por lo tanto el pene se arquea en dirección a la cicatriz”,
explica el Dr. Mariano Rosselló Barbará, director del Instituto de Medicina Sexual (Madrid). La curvatura ocurre más comúnmente hacia arriba, pero también puede ser hacia abajo o a un lado. Puede presentarse entre los 20 y 80 años de edad, aunque la media son los 50. Se mide en grados de inclinación y lo más importante, es que se trata de una enfermedad progresiva.
Causas de la enfermedad de Peyronie
La enfermedad de Peyronie , puede presentarse repentinamente en la vida adulta (curvatura adquirida). Esto podría deberse a:
Microlesiones en el pene durante las relaciones sexuales por el golpeteo constante y brusco.
Actividades deportivas que dañen el tejido esponjoso del pene. El ciclismo o los deportes rudos como el rugby o el fútbol americano, podrían llegar a causar este tipo de traumatismos.
Tratamientos de radiación para combatir el cáncer de próstata.
Mala cicatrización después de una cirugía en el área de los genitales.
Infecciones genitales como sífilis o gonorrea.
Puede hacer parte de algunas enfermedades sistémicas que generan áreas fibróticas en distintos tejidos por ejemplo la Enfermedad de Dupuytren
Al producirse una lesión, las células del cuerpo actúan desordenadamente formando una cicatriz, una especie de nudo en los tejidos que curva, acorta o estrecha el pene.
Puede ser de origen hereditario y tener alguna predisposición en caso de tener un familiar cercano que la padezca. Hay investigaciones que apuntan hacia este factor.
Curvatura peneana congénita
Se llama curvatura congénita a aquella que aparece desde el nacimiento y se manifiesta con las primeras erecciones. Según especialistas, este tipo de curvatura podría deberse a una diferencia de tamaño entre los cuerpos cavernosos y la uretra, cuando los primeros son más largos que la segunda, provocando una inclinación del pene hacia abajo o hacia un lado. Este tipo de curvatura no se considera grave debido a que, por lo regular, no existe tejido fibroso o cicatricial, no suele ser progresiva y no reduce el tamaño del pene. Sin embargo, cuando la angulación es mayor a 30º, puede interferir con las relaciones sexuales y con el tiempo, lesionar el pene que se fuerza demasiado en la penetración. En estos casos, será necesario evaluar qué tanto afecta emocionalmente esta curvatura al paciente, es decir, si le produce angustia, complejo o vergüenza; y desde luego, la funcionalidad.
Diagnóstico de la curvatura peneana y de la enfermedad de Peyronie
Como ocurre con todas las patologías sexuales del hombre, la curvatura peneana o enfermedad de Peyronie suele tardar en diagnosticarse por la resistencia del paciente a aceptar que padece una anomalía o bien, porque su pene siempre se ha visto igual y sin un punto de comparación, no sabe que algo puede estar mal.
Una investigación publicada en The Journal of Sexual Medicine analizó la percepción que tenían casi 200 hombres sobre su pene. Se concluyó que la mayoría subestimaban la curvatura, muy diferente a lo observado por los médicos que calificaron el estudio.
¿Cómo saber si la curvatura de un pene es normal o no?
Se deben observar señales como:
Inesperadamente el pene se curva hacia cualquier lado y además, hay dolor en la erección.
No se consigue la erección (por tejido muy calcificado o reflejo por miedo a sentir dolor).
Alteraciones en el tamaño del pene (se hace más corto o estrecho).
No se logra concretar la penetración por la deformación o por dolor en el individuo o la pareja.
La exploración física por parte de un urólogo o de un especialista en salud sexual masculina puede bastar para identificar la presencia de tejido cicatricial en el pene. Es muy raro que otras afecciones presenten síntomas similares con las que la enfermedad de Peyronie se pudiera confundir.
Para determinar las causas, además de las preguntas de rutina (antecedentes familiares, trauma durante las relaciones sexuales, prácticas deportivas, tiempo que lleva de haber aparecido o notado la curvatura, entre otras), el médico puede solicitar:
Exploración física detallada. La exploración del pene en reposo puede ayudar al médico a identificar la ubicación y la cantidad de tejido cicatricial. También se medirá la longitud de tu pene con el fin de tener una referencia en revisiones posteriores, para ver si es que el pene se ha acortado. Es posible que el médico pida fotografías antes de la consulta (tomadas por el paciente). Esto es útil para reconocer el grado de curvatura y ubicación del tejido dañado.
Ecografía. Son ondas sonoras que se traducen en imágenes de los tejidos blandos. La ecografía, que normalmente se realiza con el pene erecto, mostrará la presencia de tejido cicatricial, cómo se encuentra el flujo sanguíneo hacia el pene o cualquier otra anomalía. Para este examen, comúnmente se aplica una inyección directamente en el pene para producir la erección. Puede ser aún mejor si se acompaña de un examen con ecografía Doppler del pene que además puede mostrar si existen alteraciones en el flujo sanguíneo de los cuerpos cavernosos del pene.
Radiografía sencilla. Sólo sirve si existen calcificaciones en el pene.
Resonancia magnética. Proporciona imágenes de alta precisión, aunque no son indispensables.
¿La enfermedad de Peyronie o la curvatura peneana tienen solución?
Tanto la curvatura peneana como la enfermedad de Peyronie se pueden corregir bajo ciertas condiciones, la primera y más importante, es que se detecten a tiempo, esto es más importante para la enfermedad de Peyronie. Cuando se trata de una curvatura congénita lo ideal sería que, al aparecer las primeras erecciones, los padres revisen o el mismo adolescente les informe si hay una curva visible o dolor. En el caso de una curvatura adquirida, un adulto lo notará de inmediato. El tiempo aquí es crucial, ya que -insistimos- la enfermedad de Peyronie es progresiva y el grado de inclinación o cantidad de tejido fibroso, se va incrementando hasta no dejar muchas alternativas de tratamiento o hacerlo mucho más difícil.
Cuando se habla de curvatura peneana o de la enfermedad de Peyronie, probablemente en lo primero que piensa un paciente es en la cirugía. Tal vez por eso evitan o postergan la consulta con el médico.
La realidad es que la cirugía es la última opción, cuando otros tratamientos no han dado resultados o en casos muy extremos, donde hay una gran cantidad de tejido cicatricial o calcificación.
Antes de llegar a una intervención quirúrgica, los expertos en salud sexual masculina pueden ofrecerte soluciones no invasivas que, se han podido comprobar en la mayoría de los pacientes, dan muy buenos resultados.
¿Cuál es el mejor tratamiento?
El Dr. Jorge Barba Villalobos, urólogo y Director Médico de Boston Medical Group México, afirma que el tratamiento farmacológico en combinación con la terapia de ondas de choque, es el tratamiento más eficaz para la enfermedad de Peyronie.
La terapia de ondas de choque consiste en la aplicación de ondas acústicas de baja energía directamente en la zona afectada del pene, es decir, sobre los tejidos dañados. Éstas promueven la oxigenación, la circulación sanguínea y la estimulación de las células para regenerar los tejidos, transformándolos de rígidos, a más elásticos. Al mismo tiempo, se incrementa la vascularización en los cuerpos cavernosos y la vasodilatación. El principal efecto de la terapia de ondas de choque en este caso es el manejo del dolor, con un efecto muy positivo sobre la capacidad de erección.
La administración de ondas de choque se aplica en el consultorio con una tecnología muy avanzada, no produce dolor ni efectos secundarios negativos a largo plazo. Al término de cada sesión, el paciente puede seguir con su vida normal. Los hombres que se han tratado con este tipo de terapia, notan un buen grado de mejoría tanto en la rigidez de sus erecciones como en la disminución del dolor.
Medicamentos para la enfermedad de Peyronie
Existen diferentes opiniones médicas acerca de otros tratamientos como la medicación o inyecciones locales. Esto depende tanto del especialista como de las características del paciente.
Hasta ahora, la evidencia científica indica que existen algunos fármacos orales o tópicos que han mostrado algunos resultados, pero estos resultados dependen en gran medida del momento en que se encuentra la evolución de la enfermedad ya que funcionan mejor antes de cumplido un año de la aparición de la afección. Es por ello que, algunos doctores opinan que los tratamientos con vitamina E, colchicina, corticoides, colágeno, testosterona o estrógenos, podrían ayudar. Existen otros tratamientos que muestran mejores resultados, estos deben aplicarse directamente en el pene sobre la lesión fibrótica de estos podemos nombrar los corticoides, el verapamilo, la colagenasa y el aminobenzoato de potasio, estos requieren de un médico especialista para su aplicación, si se usan antes de un año de evolución pueden mostrar buenos resultados, tienen el inconveniente de ser costosos.
Cuando la enfermedad está en una fase muy temprana, se puede recurrir al uso de técnicas como la iontoforesis, es la aplicación de un fármaco tópico que pasa a los tejidos a través de la piel mediante microcorrientes de baja intensidad. Existe registro de pacientes a los que este tratamiento les ha ayudado, siendo aplicado en los primeros 12 meses desde la aparición de la enfermedad.
Terapia de tracción peneana
Consiste en el uso de un dispositivo de tracción en el pene durante un tiempo determinado cada día. El dispositivo puede estirar el pene en línea recta o en la dirección opuesta a la curva. Estos “extensores de pene” se fijan entre la base del pene y el glande. Existen muchos modelos de estos dispositivos para que el paciente elija el que mejor se adapte a su anatomía.
Suena como un aparato de tortura medieval pero en 2019, la revista Therapeutic Advances In Urology revisó la eficacia y seguridad del tratamiento tanto como única forma terapéutica, como en conjunto con otros tratamientos (no se especifica cuáles). Dicha publicación cita varios estudios sobre el tema. En uno de ellos realizado en 2014, supuestamente se demuestra que hubo una disminución en la curvatura peneana del 20%, usando el dispositivo de 6 a 9 horas diarias durante 6 meses.
Otra investigación de la Universidad Autónoma de Madrid, indica que la terapia de tracción del pene era “efectiva en fase aguda de la enfermedad de Peyronie en términos de reducción del dolor, disminución de la curvatura y mejora de la función sexual.”
Cirugía
Al día de hoy se practican tres tipos de cirugía:
Enderezamiento del pene sin exéresis, separación quirúrgica de una parte del cuerpo. Se denomina también escisión o resección o extirpación de la placa fibrosa.
Exéresis del tejido fibrótico y enderezamiento.
Exéresis de la fibrosis intracavernosa e implante de pene, para casos en los que la curvatura ha afectado la capacidad de obtener una erección.
El Profesor Goldstein, Urólogo y Académico de la Boston University, afirma que hay dos normas fundamentales que deben seguirse en la cirugía de curvatura peneana:
“la mejor cirugía peneana es la primera. Las reoperaciones son más difíciles y con peores resultados. La segunda norma es que la cirugía de la incurvación del pene debe de realizarse en el momento adecuado y aplicar la técnica más apropiada para cada incurvación.”
Existen diferentes opiniones médicas al respecto. Hasta hace unos años, la cirugía era la única alternativa para tratar de solucionar la curvatura peneana o enfermedad de Peyronie, con el peligro de empeorar el estado del tejido fibroso si el paciente no tiene un buen grado de cicatrización.
Ahora hay técnicas mucho más modernas, indoloras y que no ponen en riesgo la integridad del paciente o la funcionalidad de su pene.
Conclusiones
La curvatura peneana y la enfermedad de Peyronie son condiciones de las que los hombres no hablan. Aunque a diferencia de otros padecimientos como la eyaculación precoz, esta anomalía es difícil de ocultar y de ignorar. Este problema tiende a empeorar y puede llegar a ser un impedimento para tener relaciones sexuales.
Si necesitas ayuda no dudes en solicitar asesoría experta en el tema, podemos ayudarte con mucho gusto. Clic aquí.
¡Hasta pronto!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
Comparte esta información:
Otros artículos de interés sobre sexualidad masculina:
